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Helen Groome, ganadera y elaborado lácteos de Karrantza

Inglesa de nacimiento, euskaldun de adopción y espíritu (nos atiende al teléfono en perfecto euskera), Helen aterrizó por estos lares a principios de los 80 del siglo pasado como una joven licenciada en Geografía e Historia que estaba trabajando en su tesis doctoral. Después vino un largo periodo de 2 décadas como técnica de gestión forestal y ganadera en el sindicato agrario EHNE Bizkaia, compaginado con el activismo antitransgénico (no en vano, fue una de las caras visibles de la resistencia contra los OGM en Euskal Herria) para acabar involucrada de lleno en la granja familiar de vacas de leche de su compañero César Valera y su cuñado José Valera: Vista Alegre Baserria, en Karrantza.

Tras 12 años de andadura, los lácteos de Vista Alegre han dejado de estar presentes en las cámaras refrigeradoras de tiendas especializadas y asociaciones de consumo ecológico: José se jubiló primero, y Helen le ha seguido en 2024. Han traspasado la quesería, pero la ganadería sigue en marcha, en ecológico, a cargo de los hijos de José. César también sigue en activo, aunque en un par de años también a él le llegará la edad de jubilación.

Helen, ¿cómo llega una inglesa a afincarse en un lugar como Karrantza?

Llegué a Madrid en 1982 con la idea de hacer mi tesis doctoral sobre la política de montes a nivel estatal. Por aquel entonces estaba todo por definir después de una dictadura de 40 años, y quería ver qué se preveía hacer en el Estado español. Uno de los capítulos era sobre la Comunidad Autónoma Vasca, un compañero de estudios andaluz me comentó que en Euskadi había mucho que investigar y me animé a venir. Entré en contacto con [el sindicato] EHNE Bizkaia con la idea de estudiar qué iba a pasar con los pastos de montaña y con las repoblaciones forestales. César estaba en aquel entonces en la ejecutiva de EHNE Bizkaia, surgió la afinidad entre nosotros y al final me acabé mudando a Karrantza.

¿Y cómo acaba una geógrafa como gestora de una quesería?

Después de 20 años en el sindicato, quería poner en práctica todo aquello sobre lo que había estado tanto tiempo teorizando: la desintensificación de la producción ganadera. El campo de pruebas lo tenía en casa, porque la granja de César y José ya estaba en ese proceso. Cuando me incorporé, decidimos poner en marcha una pequeña quesería para elaborar la leche de nuestras vacas. A la par, como paso lógico, nos dimos de alta como operadoras ecológicas. Cuando pasé a la acción y vi que la desintensificación funcionaba fue un chute tremendo. También fue muy satisfactorio formar un equipo de 5 personas, muy heterogéneo, en el que hemos tenido que aprender a comunicarnos, gestionar conjuntamente los conflictos…, a trabajar en equipo, en definitiva.

Con el cambio de modelo productivo, ¿Percibisteis cambios sustanciales en el ganado?

Hoy en día en Vista Alegre Baserria hay 23-25 vacas en ordeño; hace 30 años eran 40 vacas. En aquel momento se decidió bajar el número de cabezas para que la hierba fuese el centro de la alimentación. A la vez, ajustar el número de cabezas de ganado a la base territorial disponible facilita muchísimo la gestión de los purines. Este proceso se hizo poco a poco. Ir adecuándonos paulatinamente nos vino bien, ya que de esa manera vas viendo cómo cambian las cosas. Al bajar el número de cabezas empezamos a ver que teníamos menos abortos, menos problemas para que las vacas se preñaran, menos incidencia de infecciones como la mamitis (que no es que desaparezca, pero es más suave)… Los problemas de salud bajaron mucho, hasta el punto de que el gasto veterinario en nuestra granja, a día de hoy, es casi cero. Obviamente, esto se debe a que los animales no están tan estresados: disponen de más sitio en la cuadra, salen a pasto… Se pretende que los animales se adapten a la producción industrial, pero eso no tiene sentido. En cuanto a la leche, fui haciendo una recogida de datos sobre la calidad a lo largo de los meses. Cuando nos metimos en el proceso de desintesificación cambiamos la alimentación de las vacas para evitar los transgénicos, retirando del pienso la soja y el maíz, y optando por otro tipo de proteína vegetal, como los guisantes, por ejemplo. Al principio vimos un vaivén en la calidad de la leche, hasta que al final se estabilizó dentro de unas fluctuaciones no tan marcadas.

¿Cuáles fueron las principales dificultades en esa transición?

Nuestra idea desde el inicio era hacer algo diferencial con la leche, Mikel Kormenzana (fruticultor, elaborador y ganadero ecológico de Orduña) fue muy importante para nosotros en este sentido, él nos hizo ver que con la certificación ecológica ya teníamos ese aspecto diferencial. Como ya habíamos hecho la transición hacia la desintensificación entrar en ecológico fue relativamente fácil, porque todo lo relacionado con el manejo ya lo teníamos adaptado. A pesar de todo, una de las dificultades más remarcables fue encontrar gente que quisiera trabajar en nuestro proyecto. En cuanto al ganado, lo que más trabajo nos dio fue adaptar las infraestructuras para cumplir con la normativa en lo que se refiere a la disponibilidad de espacio por animal. También fue complicado buscar alimento libre de OGM, aunque en general fueron cosas pequeñas. En este último aspecto, el de la alimentación, destacaría el acuerdo que tenemos desde hace años con Antonio Ruiz, agricultor ecológico de Aragón que nos suministra forraje. Es fundamental que haya relaciones estrechas y estables entre ganaderas y agricultoras, este es un aspecto que hay que cuidar mucho porque en determinadas épocas dependes del forraje que te puedan suministrar.

¿Y en lo referente a la quesería, fue muy complicado adaptarse a la normativa sanitaria?

No particularmente, aunque creo que, si la administración quisiera, se podrían simplificar determinados procesos y abaratar los costes para las empresas elaboradoras. Entiendo que en las industrias alimentarias tiene que haber un control efectivo, hay que cuidar muy bien la limpieza y el orden… pero hay cosas que, en mi opinión, sobran. Varios aspectos del APPCC puede hacerlos la propia empresa, sin tener que contratar (y pagar) esos servicios. A una pequeña quesería como la nuestra le puede suponer un gasto considerable. También depende de quién te toque: nosotras recibimos mucha ayuda por parte del técnico de Sanidad de Enkarterri, quien acabó por entender que la aplicación del APPCC no puede ser igual de para una gran producción industrial que para proyectos pequeños.

Por cierto, antes de embarcaros con el proyecto de la quesería, ¿sabíais algo de queso?

No teníamos ni idea. Mi cuñado José y yo asistimos a un curso organizado por EHNE Bizkaia con el maestro quesero José Luis Martín, que es alguien muy comprometido con proyectos pequeños. A raíz del curso le contratamos para que nos diera un intensivo de 2 semanas, y la verdad que en ese tiempo nuestros conocimientos se incrementaron de manera exponencial. Al final, el quesero acabó siendo José, y yo me acabé encargando de la administración: gestión del APPCC, contacto con las administraciones, la burocracia… Yo no hacía el queso como tal, pero me encantaba entrar en la quesería y aportar en la organización, ver que todo engranaba… esto me generaba una gran satisfacción. La verdad es que me encantaba el trabajo.

¿Qué tal se acogió un planteamiento rompedor como el vuestro en un valle en el que la ganadería está claramente dirigida a la producción intensiva?

Nuestro proyecto era muy nuevo en Karrantza. Subrayaría en este sentido la valentía de 2 ganaderos carranzanos, José y César, que se atrevieron a ir contracorriente a pesar de las resistencias, aguantando la presión psicológica a la que fueron sometidos por ello. En proyectos rompedores como el nuestro, donde vas por caminos no pisados antes, necesitas motivación extra y, si me apuras, ayuda psicológica. Todo esto, en un valle cerrado como el nuestro, es todavía más palpable. El esfuerzo y coraje de los hermanos Valera dio sus frutos y esto es algo que me alegra mucho. Además, aunque Vista Alegre Baserria ya no gestiona la quesería, la granja sigue estando certificada en ecológico, que ya es algo.

¿Ha cundido vuestro ejemplo?

Que yo sepa, seguimos siendo la excepción a la regla. En nuestro caso se dio la coincidencia de que en la granja había 2 personas convencidas en cambiar de modelo productivo, el relevo, personificado en mis sobrinos, tenía los conocimientos para el manejo del ganado que se pretendía hacer, y yo aporté mis capacidades de gestión para llevar el papeleo necesario. Creo que necesitas todo eso para poder desintensificar una producción. Sin obviar el hecho de que también tienes que poder vender la leche a buen precio para que las cuentas salgan.

¿Cómo ves el sector primario en Karrantza?

Es una carrera contra el tiempo. Por detrás no viene nadie, y tampoco veo que vaya a haber gente interesada en un futuro próximo. Es una pena, porque se ha invertido mucho dinero, tanto privado como público, en adecuar las granjas a un modelo superitensivo, y si no hay relevo todos esos recursos empleados se van a quedar ahí. Considero que ese mismo dinero, invertido de otra manera, podría haber tenido un mayor retorno social para el valle. En su momento, Vista Alegre nace también de la desilusión de ver que el proyecto de comercialización común en Karrantza no cumple con nuestras expectativas. Nos hubiese gustado que la desintensificación se diese en todo el valle.

¿Qué falta para que la ganadería de Karrantza haga la transición a la desintensificación?

El ganado de leche, per se, es dedicación, por mucho que tengas tecnificada la explotación. Un robot de ordeño te puede liberar algo de esa labor, pero no te va a quitar el trabajo. Quien se incorpore a la producción ganadera tiene que tener claro que es condición indispensable aceptar que el ganado de leche es dedicación. Si te gustan las vacas, esto es lo que hay. En cuanto a que el modelo que prolifere sea el ecológico, para esto creo que tiene que cambiar la relación de fuerzas de la mano de una puesta firme y decidida por parte de la administración, a la par que la producción láctea se libere de determinados intereses que rigen, hoy día, el modelo productivo en Karrantza. La visión que yo tengo para el valle es que toda la producción fuera ecológica, pero no se hace esa apuesta, por no mencionar que la oferta formativa para que se pueda dar ese salto es inexistente. Otro tema es la desinformación de la población consumidora, que se confunde en el marasmo de sellos y certificaciones, mensajes ambiguos y contradictorios…

¿El precio cambiante del pienso no es suficiente acicate para cambiar de modelo?

Yo creo que este tema también es otro factor para que las granjas cierren, una producción ganadera con estas perspectivas no es atractiva para las nuevas generaciones. Me da la sensación de que se pone como excusa que no hay relevo, pero el tema de la alimentación animal es clave. En momentos puntuales, las administraciones han podido solucionar problemas de suministro a las granjas, pero esto, ¿hasta cuándo va a ser posible? Mira, hace 4 años se hizo una rueda de prensa en Karrantza, en favor de una ganadería sostenible, y tal. Pues a Vista Alegre ni se acercaron. Lo que quiso mostrar la administración en aquel acto fueron ganaderías intensivas, que de sostenible tienen más bien poco porque dependen completamente de insumos externos. Tal vez, cuando las grandes ganaderías desaparezcan, habrá sitio para producciones más pequeñas y unidas al territorio, como las ecológicas. El problema es que a los nuevos ganaderos, en lugar de decirles, “mira, empieza con 6 vacas, vete haciendo un mercado seguro, estable, y luego, si quieres, amplias”, pues no, a los nuevos lo que se les dice es que tienen que entrar con 100 vacas, porque si no, no es rentable. En fin. Nosotros no empezamos elaborando el 100% de la leche, porque no teníamos mercado. De hecho, empezamos elaborando el 5%, y acabamos en un 90%. Pero en esa transición tuvimos que trabajar mucho el mercado, no puedes elaborar sin tener establecida una red comercial.

Hablando de rentabilidad, ¿Es factible una ganadería ecológica de leche si no se incluye en el proyecto la transformación?

Sí que lo es, pero es más rentable socialmente si añades la transformación. Con la cabaña de nuestra granja (23-25 vacas en ordeño), sólo con la leche se podrían emplear a 2 o 3 personas. Con la quesería teníamos 7 puestos de trabajo. Considero que generar puestos de trabajo en Karrantza, donde la gente se está marchando por las pocas perspectivas laborales que hay en el valle, es fundamental. También es cierto que los pequeños proyectos como el nuestro tienen dificultades para encontrar personas que quieran trabajar en ellos. No voy a esconder que el salario que podíamos ofrecer tampoco es que fuera muy alto, estaba algo por encima del mínimo, pero me he llevado desagradables sorpresas con gente que ha venido a informarse por alguna oferta nuestra de empleo, y nos ha trasladado que con esas condiciones prefiere seguir cobrando el subsidio. No me entiendas mal, yo estoy a favor de las ayudas, pero considero que las personas tienen que tener también una responsabilidad social, como individuo tienes que aportar a la sociedad, no solo coger.

Tal vez ahí entra también el tema de la dedicación que pide trabajar con ganado…

Pues tal vez sí, y tal vez no. Tienes que saber qué proyectos hay, saber dónde te metes. Nosotros no somos una multinacional, no nos hemos dedicado sólo a sacar dividendos, hemos trabajado más que nadie. Nunca nos ha gustado ser considerados como empresarios. Los fines de semana nosotros trabajamos, pero la persona que teníamos contratada para ir los sábados al mercado del Arenal de Bilbao libraba otro día de la semana. El encaje laboral en este tipo de proyectos es difícil, porque los horarios no pueden ser tan cerrados, hay que tener cintura. Eso sí, los domingos siempre los hemos respetado para que fueran libres. La actitud para con el trabajo que muestran algunas personas me parece triste, he tenido la sensación de pasotismo. Como mínimo, creo que tienes que devolver algo a la comunidad. Yo he percibido que la gente sólo piensa en sí misma. Quiero el tiempo para mí, el dinero también para mi… Pero el futuro hay que construirlo entre todas. Me preocupa el futuro, queremos cambios, pero para eso hay que trabajar, involucrarse.

Ahora que dispones de más tiempo, ¿has podido hacer algo que no habías podido hacer hasta ahora?

Orain denbora daukat nahi dudana egiteko. Adibidez, beti gustatu izan zait ortua, eta orain bertan eman dezaket denbora. Cesar eta biok ere atera gaitezke lasai paseatzera, lehen ezin baikenuen. Cesar ganadutegian jarduten da oraindik, jubilaziorako pare bat urte geratzen zaizkio oraindik, baina bere erantzukizun kuota jaisten ari da. Ilobei eskualdaketa egiten ari da, haiek jarraituko baitute baserriarekin.

O sea, que el relevo es algo palpable en Vista Alegre.

Sí, los hijos de José se están haciendo cargo ya de la ganadería. Ellos ya controlan prácticamente todos los aspectos de la gestión de la granja, pero siempre surgen dudas y por eso es importante que el relevo se materialice paulatinamente.

Para terminar, ¿podrías darnos un poco de información sobre cómo está el tema de los OGM ahora mismo?

Pues la verdad es que no estoy tan metida como antes, pero de vez en cuando me miro las hojas de Greenpeace y me voy informando. Es cierto que no se oye tanto como antes. Al parecer, a nivel europeo, se ha parado el fomento de los cultivos OGM, en estos momentos la superficie de cultivo que ocupan en el continente es testimonial. Es una buena noticia, se ha probado que la coexistencia no es posible. Sí que hay maíz transgénico, lo que supone un problema por lo que acabo de decir: la coexistencia no es posible y la siembra de maíz MON810 (el único transgénico que se sigue sembrando en el continente, modificado para que sintetice la toxina de Bacillus thuringensis) es un riesgo para todo el cultivo de maíz. Estamos en un momento de pequeño alivio, pero no hay que bajar la guardia. Entre 2019 y 2023, a nivel Estatal, la producción ha caído de las 107.000 ha a las 46.000 ha. Aunque la superficie haya caído en más de un 50%, el sólo hecho de que siga sembrándose maíz OGM supone un riesgo para el resto. Es una fuente de problemas. Sin obviar el hecho de que la visión de la industria para que los OGM estén presentes en todo tipo de cultivos, ya sean cereales u hortícolas, sigue ahí.

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